El 18 de marzo de 2012, el Leganés recibía en Butarque la visita del Montañeros. Los pepineros, entrenados por José María Rico, llegaban después de cinco jornadas consecutivas sin ganar que les habían relegado a puestos de descenso a Tercera División a solo diez jornadas para el final de la Liga. Un punto les separaba de la promoción y dos de la salvación, pero a su vez únicamente aventajaban en dos puntos a su rival ese día, colista de la clasificación.
El Leganés afrontaba ese duelo de urgencias con: Rubén Falcón; Pedro Hernández, Mario, Azcárate, Jesús; David López, De Lerma; Marco Navas, Víctor, Chupe; y Rubén Navarro. En la segunda mitad, Rico daba entrada a Vicente, Tonino y Ramón Blázquez. Los pepineros se adelantaban antes de la media hora con gol de Rubén Navarro, y poco después los visitantes se quedaban con diez. Sin embargo, Rubén Rivera (quien posteriormente sería integrante de la plantilla del ascenso a la Liga Adelante) haría el 1-1 que acabaría siendo definitivo. Los dos equipos tendrían que apretar en la recta final para conseguir el objetivo.
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